martes, 11 de diciembre de 2012

"El cuervo" - Edgar Allan Poe


Un cuervo en la noche

El cuervo es un cuento en forma de poema que se publicó originalmente en 1845, y que ha pervivido en el tiempo como uno de los mejores textos de Edgar Allan Poe, un autor que ha definido el gusto literario de jóvenes y no tan jóvenes a lo largo de generaciones. 


El poema recrea un ambiente que condensa a la perfección el imaginario de la literatura de Poe y que es capaz de ponernos los pelos de punta con tan solo unas estrofas. Un cuervo se cuela en la habitación de un estudiante solitario en una fría noche de diciembre, posándose elegante y majestuoso y repitiendo la palabra nevermore (nunca más) ante las preguntas que le dirige el joven, que le observa inquisitivo en espera de que la negra figura alada aclare sus incertidumbres.


Influenciado en su creación, entre otros, por el mismísimo Charles Dickens, este poema ha influido a su vez en cientos de escritores, dando lugar a multitud de obras que de otra manera no hubiesen existido, o al menos no de la misma manera. Valga como ejemplo icónico el brillante e inmortal cómic de James O’Barr, The Crow, una historia tan especial como dolorosa por cuya creación debemos dar las gracias a O’Barr y, por su influencia, a Allan Poe cada noche. También el realismo mágico sudamericano de Cortázar y Borges bebe directamente de Poe, así como lo hace el universo lovecraftiano en toda su extensión.


Algo más que un cuadernillo

La edición por la que apuesta Tatanka, algo endeble pero muy económica, quizá sea la más adecuada para esta época en la que un euro de diferencia puede determinar una venta. Además, no hay que olvidar que tan sólo contiene un poema, algo que las editoriales que se arriesgan a publicar solventan incluyendo material gráfico y el texto original en el caso de textos extranjeros, como es el caso. 

Así pues, hay que prestar especial atención a la calidad de la traducción, sobre todo si no es la clásica de un traductor de prestigio, y a la adecuación de las ilustraciones. En este caso, la traducción, de la que se encarga Adolfo Muñoz, respeta el texto original y además añade una breve nota explicativa que aclara cómo la ha realizado, respetando la métrica original y rimando en asonante. Lo único que los defensores más rigurosos de la obra de Poe no perdonarán es que se haya modificado el nombre de la amada del protagonista, llamada Lenore, por el de Soledad, en pos de la métrica de la traducción. Por lo demás, la versión en castellano es estupenda.


También aparece traducido el prólogo de Luis Alberto de Cuenca, por lo que resulta una edición bilingüe bastante rigurosa (faltaría incluir traducida la nota del traductor). En lo que respecta al prólogo, lo cierto es que podría ser más académico, habiendo sido redactado por un experto en literatura gótica. Resulta un tanto irónico y no demuestra un conocimiento profundo sobre la figura de Edgar Allan Poe, por lo que el reclamo de marketing al incluir un prologuista famoso no cumple del todo las expectativas.

En cuanto a las ilustraciones, realizadas por Javier Serrano, reflejan adecuadamente el ambiente que recrea el texto y resultan estilizadas y elegantes, dentro de su simplicidad. Los colores lisos en tonos blanco, negro y rojo sangre son los más identificativos de este tipo de literatura, por lo que estéticamente la edición es impecable. Tratándose de un poema tan profusamente ilustrado a lo largo de la historia, es difícil a estas alturas hacer algo original que destaque, sobre todo teniendo en cuenta que existen grabados del mismo realizados por Gustave Doré, o litógrafos de Édouard Manet, entre muchos otros.

Leer a Poe cuando fuera hace mucho frío y es de noche, es una experiencia que todo buen lector que se precie de serlo debe vivir alguna vez. Así pues, ahora es el momento.

Ilustraciones de Tatanka Books.

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